El arte de hacer sonar los huesos de buitre

Gente con D.O: Cipriano Gil Miguel nació en Alcaine en septiembre de 1938 y en su más tierna infancia aprendió a hacer gaitas con los huesos de los buitres. Sus obras se exponen en museos desde Albalate del Arzobispo hasta Lisboa.



Esta es la historia de un buen hombre al que el aburrimiento hizo persona popular gracias a una habilidad de la que poca gente dispone. «De pequeño salía a pasto-rear, y en el monte hay que encontrar un aliciente porque te aburres mucho», dice convencido y buscando un contexto a su ‘don’ Cipriano Gil Miguel. En una de las salidas al campo Cipriano siendo muy joven se fijó en que su compañero tenía una flauta hecha de hueso de animal. «Me llamó la atención y dije que yo quería otra pero me la tenía que hacer yo. Encontré un buitre muerto en el campo y me puse a ello con un hueso y, poco a poco, le cogí el tranquillo», explica con una enorme sonrisa.

Su habilidad está expuesta en el Centro de Interpretación de la Cultura Popular de Albalate del Arzobispo. Si desean un lugar más exótico, la obra de Gil se muestra en el Instituto Portugués de Arqueología, en Lisboa. «A mi casa ha venido gente de todas partes con huesos o para interesarse por mi habilidad. En casa sólo tengo dos gaitas, una de ellas es ‘La Portuguesa’. Esa no la cambio por nada del mundo», dice. Es cierto, su casa casi se ha convertido en un lugar de peregrinaje para los amantes de las tradiciones, de la música y de los animales. «Vinieron unos de Valencia que me encontraron por Internet, también un joven de Alcorisa al que tuve que hacer catorce de una sentada», dice. Lo hizo porque el alcorisano aficionado a la música fue a Alcaine para pedirle a Cipriano una, éste se la hizo y al resto de la agrupación, cuando la vieron, se les antojó otra.

«Empecé de pequeño, pero luego lo dejé durante más de cincuenta años», avisa. En ese tiempo, Cipriano Gil Miguel se ha dedicado a otras labores. De hecho, puede ser que el nombre de este vecino de Alcaine sea familiar para algunos. Es el padre del actual alcalde, cargo que él mismo ostentó entre 1970 y 1979, pero eso es otro tema porque dice muy seguro que «ni soñando me atrapan a mí otra vez. Me tocó en una época muy mala cuando las casas se caían y la gente se marchaba».

Artesanía con un buitre
Se trata, según cuenta, de seleccionar el cúbito del ala del animal, vaciarlo y limpiarlo bien. «Empecé con lejía, pero no le va bien. Ahora los desinfecto con otras soluciones más apropiadas», comenta, a la vez que reconoce que actualmente «es más complicado encontrarse a buitres muertos, aunque siempre aparece alguien con algún hueso. Antes se estampaban en los postes de la luz y caían redondos, ahora está todo más regulado». Cipriano está encantado con su afición, pero no se olvida de lo más importante, «además de hacer las gaitas también toco. Y de oído, que no he ido a ninguna escuela», afirma.



Fuente-La Comarca


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