Los ecologistas reclaman el cierre inmediato de una Térmica “acabada”

Ecologistas en Acción ha reclamado el cierre inmediato “de una central térmica que lleva varios meses muerta”, tal y como expresó uno de los responsables del colectivo, Saturnino Bernabé, en alusión a la fábrica andorrana.

El colectivo ecologista quiso mostrar así su rechazo “a un sector que produce hasta 2,7 veces más CO2 que el resto de modelos productores de electricidad, como el ciclo combinado o la energía eólica”. En concreto, tal y como señalaron, en un año de pleno funcionamiento, como el 2007, la Térmica emitió cerca de 6,8 millones de toneladas de CO2, lo que supone el 30% de las emisiones aragonesas de ese año.

Según Bernabé, “las energías renovables se crearon para sustituir a las fósiles y ese debería ser el objetivo del Gobierno de España y de Aragón”. “Y más cuando se trata de un sector que está en decadencia”, concluyó. De hecho, el portavoz de Ecologistas en Acción basó su defensa en el “claro reconocimiento oficial de la inviabilidad económica del carbón ahora que la Unión Europea no valida el decreto de ayudas y la urgencia de empezar a cerrar todas las minas deficitarias antes del 15 de octubre de 2014.

En esta línea, los ecologistas criticaron “la inoperatividad de la central, que obliga a gobiernos y ayuntamientos a depositar grandes sumas de dinero a un modelo de producción obsoleto y que, en los últimos diez años, ha pasado de producir el 30% de la energía que se consume en España a menos del 10%”.

Ayudas perdidas
La “inexplicable dependencia” de las localidades mineras a la existencia del carbón es uno de los factores que preocupa a la organización ecologista, y sobre el que ironiza el propio Bernabé al asegurar que “se han invertido millones en el Plan Miner para que el cierre de la Térmica no fuese una operación tan traumática y, sin embargo, después de tantos años sigue sin haber una solución de futuro para los trabajadores”.
En concreto, según éste mismo, “las ayudas a la reconversión se han destinado a localidades que ni siquiera tienen minas, con lo que se ha tirado por la ventana varios millones”.

El ecologista resaltó que “las ayudas a la minería llevan aplicándose desde 1997, tiempo más que suficiente para incentivar la instalación de empresas dedicadas a otros sectores productivos menos contaminantes y con un largo futuro, todo lo contrario de lo que supone el carbón”.
Según éste, “tenemos corazón y no queremos que los mineros ni sus familias pasen hambre pero tampoco queremos seguir con este modelo energético que acaba con la capa de ozono y que cada año se cobra millones de las arcas públicas”.



Fuente la comarca

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