La Comarca celebra su día de las bibliotecas en Estercuel

Un recital poético, una charla de Carbonell o un mercadillo fueron algunos de los actos. Todas las actividades estuvieron muy concurridas, sobre todo por los más pequeños.

La localidad de Estercuel tuvo la responsabilidad de acoger la celebración del día de las bibliotecas de la red comarcal. A la actividad, que se desarrolló desde las 16.30 en el Ayuntamiento de la localidad, acudieron decenas de vecinos, demostrando el interés cultural existente en los pequeños municipios.

El Teatro Arbolé dio el pistoletazo de salida de las actividades con un teatro para niños dedicado al cuento de Caperucita Roja. A media tarde y tras haber hecho un poco de gana, los más pequeños dispusieron de un taller de juegos que acabó en una merienda para todos.

Posteriormente vino uno de los platos fuertes de la jornada con el homenaje a José Antonio Labordeta que le realizó su amigo, el polifacético allocino Joaquín Carbonell, quien rememoró sus recuerdos del que fuera su profesor de instituto en Teruel. “Creo que después de su mujer soy la persona que más tiempo ha estado con Labordeta”, ironizó Carbonell durante su charla con los vecinos.

Paralelamente, la Red Comarcal de Bibliotecas organizó una exposición fotográfica dedicada al mundo mágico del escritor norteamericano Edgar Allan Poe, con una veintena de instantáneas procedentes del Círculo Fotográfico de Aragón.

También hubo un mercadillo de libros usados procedentes de todas las bibliotecas municipales que ya no se usan o de los que hay varios ejemplares. Al precio de un euro se podían encontrar ejemplares de todo tipo.

Buena acogida
La animadora sociocultural de la Comarca de Andorra, Elena Civeira, una de las organizadoras del evento se mostró “muy satisfecha” con la acogida que había tenido las actividades entre los vecinos.

Tras la charla de Carbonell, el poeta Ángel Petisme realizó un recital poético. También hubo un interesante taller de caligrafía hebrea para niños que organizó la asociación Sefarad Aragón, donde los más pequeños podían aprender a escribir su nombre en la lengua hebrea.

Fuente La Comarca.

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