José Iranzo “La jota me lo ha dado todo y hoy vivo tranquilo”

José Iranzo cumplió el 20 de octubre 95 años pero apenas ha cambiado. Sigue tan vital como siempre, aunque con algunos achaques, pero la memoria no le falla y no renuncia a sus paseos diarios y a ‘charrar’ con los amigos. Ha sido el mejor embajador de la jota y hasta Kennedy lo supo de voz del Pastor de Andorra. Iranzo vive feliz y tranquilo en su casa de Andorra en compañía de Pascuala Balaguer el amor de su vida y la persona que le arranca una sonrisa cada vez que se miran a los ojos.

¿Cómo se encuentra hoy el Pastor de Andorra?
Muy feliz. Todos los días doy un paseo porque es la mejor medicina. Si estás mucho tiempo sentado después no te puedes levantar. Estoy muy feliz con mi familia. Si hay amor está todo hecho, si no, no hay nada.

Se le ve muy bien.
Mucho. Para la edad que tengo ¿qué voy a pedir? Mi mujer y yo somos el matrimonio más viejo de Andorra. Me casé muy enamorado y sigo igual. Fuimos el primer matrimonio que se casó después de la Guerra en Andorra.

¿Cómo es un día en su vida?
Me levanto sobre las nueve. Me acuesto a las once de la noche. Aprovecho el día porque me echo una ‘charrada’ con los amigos y me voy a comer. Duermo una hora de siesta y sigo la tarde.

¿En qué piensa cuándo se acuesta?
Pienso mucho en mis viajes y en mis amigos.

Y no pierde su desparpajo
Nunca he hablado mal de nadie y en mi casa no ha habido una palabra más alta que otra. Si consigues ser así, serás feliz y no tendrás enemigos. No sé lo que es enfadarse [respuesta que su mujer reafirma con una sonrisa]. ¡Mira qué es difícil!

¿Cómo recuerda sus inicios?
Tuve que ir a guardar corderos y ovejas desde pequeño porque me quedé sin padre con dos años. Ganaba una peseta al día. A veces estaba una semana con el ganado sólo en el monte y mientras se cocía la cena, cantaba. Tuve la suerte de que los amos que he tenido han sido muy cantadores además de buena gente.

No pensó en ser cantador pero debutó en el Teatro Principal de Zaragoza
Así fue. Me llevaron a la escuela en Zaragoza mientras estaba de militar y un día fui a que me probara Pascuala Perié. Yo era muy salvaje cantando porque no tenía la voz educada y cuándo oí a los demás me acobardé. Ella me dijo: “tienes la voz muy grande pero muy desentonada. Si tienes interés cantarás mucho pero tienes que dejar de hacerlo por los bares”. Así lo hice.

Gracias a la jota ha visto medio mundo
Fui a Londres, París, Bruselas, Holanda, donde le canté a la reina Juliana, y a Alemania, cuatro meses. Estuve tres meses en Cuba y volví loco con la cantidad de amigos que me traje. Mi familia me ha apoyado mucho, mis cuñados y mis suegros. Ellos se encargaban de cuidarme el ganado cuando yo no estaba. Nunca he dejado de ser pastor.

¿Cómo se quedó Robert Kennedy ante su jota en inglés?
El primer viaje a Nueva York me lo perdí porque tenía mucha faena con el ganado. Al segundo fui y en la Feria Internacional es donde lo conocí. Le canté en inglés: ‘En América/ la gente es simpática/ cuándo haces un pregunta/ te responden con una sonrisa’. Me la escribieron pero había que pronunciarla porque si no, no me entendía.

¿Qué es para usted el Bajo Aragón?
He corrido lo mejor de media Europa y América. ¿Sabes dónde está lo mejor? En Aragón pero no lo apreciamos. La mejor carrera que hay es viajar porque cuando vuelves quieres más a tu familia, te das cuenta de lo feliz que eres con ellos y el ganado.

¿Está al tanto de lo que sucede con los problemas de empleo?
A mi edad no me preocupa por mí. Sí siento que la Térmica está parada y que haya gente joven sin poder trabajar. ¡Que un hombre con 30 años y fuerte no tenga trabajo… duele mucho!

Qué mensaje envía El Pastor de Andorra a sus paisanos.
Va para los joteros. Les digo que no dejen la jota porque es alegría. Me ha dado la vida. Ahora no salen tantos viajes por Europa y América, eso falta, más incentivo porque la gente se animaría más. He tenido una vida muy alegre gracias a mi familia y la jota pero nunca he dejado de ser pastor. Dejaba el ganado y me iba a cantar al teatro Manhattan de Nueva York.

Fuente La comarca.

saludos