Celia Romero pone en pie al público para aplaudir su hondura flamenca

El Pozo de San Juan se iluminó con la voz de Celia Romero el sábado. La ganadora del prestigioso premio del cante flamenco La Lámpara Minera (La Unión) demostró, en su primera actuación después de recibir el galardón, que sus 16 años de edad están unidos a una gran maestría y a una voz que sobrecoge por su hondura.

Celia Romero comenzó su actuación a capella. Salió de entre el público, por el pasillo central hacia el escenario cantando. Antonio Muñoz, a la guitarra, acompañó a la joven de Badajoz en su interpretación, así como su hermano Félix, a la caja.

Escasa afluencia de público para un acontecimiento casi único en su género. Quienes allí estuvieron, unas doscientas personas, disfrutaron de sus arranques por farruca, tango extremeño o con la alegría gaditana. La joven de Badajoz se despidió por bulerías, pero quienes allí se encontraban pidieron más y siguió cantando hasta que levantó al público de sus asientos para aplaudir.

Poco antes de la actuación, Celia Romero dijo que este premio «significa un salto importante en el flamenco», en el que busca «el estilo de la Paquera de Jerez porque tiene mucha fuerza».

La cantaora comenzó a cantar en un festival benéfico con siete años de edad con su padre Felix de Herrera, que es guitarrista. En 2007 la Diputación de Badajoz la becó para estudiar en la Fundación Cristina Jerez, donde ha estado con maestros de la talla de Paco Taranto, Eduardo Rebollar, Macaerna de Jerez, Esperanza Fernandez y Mariana Cornejo. Ahora sigue sus clases con Miguel de Tena.

Antes de la actuación, en el Pozo de San Juan se mostraron dos exposiciones fotográficas donde se pudo conocer la dura vida del minero en Las Menas, en Almería, en unas imágenes de Emilio Herrero; así como, con José Juárez, los 60 años de historia de la máquina Robey.

Fuente - La Comarca


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