En busca de salida laboral
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En busca de salida laboral
Puntualidad, responsabilidad y presencia. Son los tres requisitos que Carlos Sanz exige a sus diez alumnos del Programa de Cualificación Profesional de nivel uno (PCPI) de ayudante de restauración y bar. Y no siempre es fácil.
Los chicos llegan, bromean, tratan de buscar la vuelta al profesor… pero al final Sanz logra su cometido. Hoy toca poner cafés. «Venga chicos, moled café, que alguien haga espuma. ¿Os habéis quitado los pendientes? A ver el cuello de la camisa…». Comienza la clase de Carlos Sanz.
El PCPI de Ayudante de Restauración y Bar se instauró el curso pasado en el IES Pablo Serrano de Andorra para «dar respuesta a la necesidad de personal cualificado de algunas empresas del sector en la zona que tienen demanda a nivel autonómico y nacional», explicó el director del centro, Pedro Villanueva. «A través de la asociación de empresarios de Andorra vimos la posibilidad de implantar una familia profesional nueva (hostelería) iniciando por el programa más básico, el PCPI, para ver cómo funcionaba, si se mantenía la demanda y formar a los futuros trabajadores o a los actuales», indicó.
Además de este PCPI, el Pablo Serrano cuenta con otros dos en las familias de administración y electricidad, así como grados medios y grados superiores en ambas ramas. En total unos 200 alumnos de todo el territorio de influencia del instituto que apuestan por la formación profesional, una opción de estudios que cada vez está más reconocida por el mercado laboral porque ofrece la cualificación necesaria para poder salir a trabajar de forma inminente.
Y es que, en el caso del PCPI de hostelería, su aula es un taller adaptado como una cafetería: barra, fregadero, vajilla, cafetera… Todos los elementos propios de una bar. Además de una pizarra. Al fin y al cabo, no deja de ser una clase. «Los alumnos salen preparados para desempeñar las tareas propias de un bar o un restaurante», explicó Carlos Sanz.
«Son chicos que no tenían una idea clara de lo que querían hacer y dentro del abanico de posibilidades que tenían en el centro, con ésta podían encontrar una salida», indicó el director del centro. Los propios alumnos reconocen que eligieron hostelería «por hacer algo», aunque viéndoles en acción se nota que disfrutan cuando ven saborear sus cafés.
De momento, practican en la sala de profesores y pronto se abrirá un restaurante en el centro para la comunidad educativa en momentos puntuales de recreo. «La intención es ir sumando servicios», asegura Villanueva.
Además de estos ejercicios prácticos, los alumnos realizan formación en empresas hosteleras de la zona que tienen convenios con el centro educativo y donde cuentan con un tutor que hace un seguimiento de su aprendizaje y su evolución. Durante este tiempo siguen el horario de la empresa y desempeñan las tareas de cualquier trabajador con su formación.
Formación contínua
«El mensaje que está lanzando el centro tanto a las familias como a los chicos es que se requieren unos estudios de base para conseguir una especialización en el sector donde quieras trabajar», asegura Pedro Villanueva.
Además de esta formación a nuevos alumnos, son muchos los trabajadores que optan por seguir cultivándose a lo largo de su vida con el objetivo de «reciclarse». Por ello, dentro de la familia de electricidad, el Pablo Serrano ha firmado un convenio con Endesa a través de la central térmica de Andorra para formar a sus trabajadores con el módulo de mantenimiento y servicios a la producción y con el de electricidad.
En el caso de los desempleados, el centro desarrolla en momentos puntuales certificados de profesionalidad de formación ocupacional que solicitan a través del INAEM.
Ante este amplio abanico de posibilidades, el director es claro: «La formación para toda la vida es imprescindible», concluye Villanueva.
Fuente - La Comarca
saludos
Los chicos llegan, bromean, tratan de buscar la vuelta al profesor… pero al final Sanz logra su cometido. Hoy toca poner cafés. «Venga chicos, moled café, que alguien haga espuma. ¿Os habéis quitado los pendientes? A ver el cuello de la camisa…». Comienza la clase de Carlos Sanz.
El PCPI de Ayudante de Restauración y Bar se instauró el curso pasado en el IES Pablo Serrano de Andorra para «dar respuesta a la necesidad de personal cualificado de algunas empresas del sector en la zona que tienen demanda a nivel autonómico y nacional», explicó el director del centro, Pedro Villanueva. «A través de la asociación de empresarios de Andorra vimos la posibilidad de implantar una familia profesional nueva (hostelería) iniciando por el programa más básico, el PCPI, para ver cómo funcionaba, si se mantenía la demanda y formar a los futuros trabajadores o a los actuales», indicó.
Además de este PCPI, el Pablo Serrano cuenta con otros dos en las familias de administración y electricidad, así como grados medios y grados superiores en ambas ramas. En total unos 200 alumnos de todo el territorio de influencia del instituto que apuestan por la formación profesional, una opción de estudios que cada vez está más reconocida por el mercado laboral porque ofrece la cualificación necesaria para poder salir a trabajar de forma inminente.
Y es que, en el caso del PCPI de hostelería, su aula es un taller adaptado como una cafetería: barra, fregadero, vajilla, cafetera… Todos los elementos propios de una bar. Además de una pizarra. Al fin y al cabo, no deja de ser una clase. «Los alumnos salen preparados para desempeñar las tareas propias de un bar o un restaurante», explicó Carlos Sanz.
«Son chicos que no tenían una idea clara de lo que querían hacer y dentro del abanico de posibilidades que tenían en el centro, con ésta podían encontrar una salida», indicó el director del centro. Los propios alumnos reconocen que eligieron hostelería «por hacer algo», aunque viéndoles en acción se nota que disfrutan cuando ven saborear sus cafés.
De momento, practican en la sala de profesores y pronto se abrirá un restaurante en el centro para la comunidad educativa en momentos puntuales de recreo. «La intención es ir sumando servicios», asegura Villanueva.
Además de estos ejercicios prácticos, los alumnos realizan formación en empresas hosteleras de la zona que tienen convenios con el centro educativo y donde cuentan con un tutor que hace un seguimiento de su aprendizaje y su evolución. Durante este tiempo siguen el horario de la empresa y desempeñan las tareas de cualquier trabajador con su formación.
Formación contínua
«El mensaje que está lanzando el centro tanto a las familias como a los chicos es que se requieren unos estudios de base para conseguir una especialización en el sector donde quieras trabajar», asegura Pedro Villanueva.
Además de esta formación a nuevos alumnos, son muchos los trabajadores que optan por seguir cultivándose a lo largo de su vida con el objetivo de «reciclarse». Por ello, dentro de la familia de electricidad, el Pablo Serrano ha firmado un convenio con Endesa a través de la central térmica de Andorra para formar a sus trabajadores con el módulo de mantenimiento y servicios a la producción y con el de electricidad.
En el caso de los desempleados, el centro desarrolla en momentos puntuales certificados de profesionalidad de formación ocupacional que solicitan a través del INAEM.
Ante este amplio abanico de posibilidades, el director es claro: «La formación para toda la vida es imprescindible», concluye Villanueva.
Fuente - La Comarca
saludos
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