Más de 15.000 personas convierten a la féria íbera Lakuerter en un referente aragonés

La iniciativa, que este año alcanzó su segunda edición, multiplicó sus visitas e incrementó el nivel de las actividades. Cientos de personas abarrotaron la plaza de toros en una ceremonia llena de magia y color.

Lakuerter ya se ha hecho un nombre. Aquel pequeño trozo de cerámica hallado en el yacimiento El Castelillo de Alloza, que posiblemente fuese el nombre de su alfarero, ha conseguido establecerse como una marca de éxito en Aragón y configurarse en un referente más para esta tierra. Este fin de semana, la feria íbera de Andorra consiguió superar los registros del año pasado y atrajo hasta la villa minera a más de 15.000 personas.

El vicepresidente de Aragón, José Ángel Biel, fue el encargado de inaugurar la Feria el viernes. La feria cuenta con la colaboración del Gobierno de Aragón y está organizada por la Asociación Empresarial de Andorra Sierra de Arcos y del Bajo Martín y por la Asociación Agroalimentaria del Bajo Martín Sierra de Arcos. Biel mostró su apoyo a iniciativas como ésta, apoyada en las señas de identidad de un pueblo para organizar un acontecimiento de participación y dinamización. “Hay que respaldar iniciativas como ésta, que pone en valor la riqueza histórica de Aragón y mueve la cosas en un momento tan complicado”, afirmó Biel.

También Luis Ángel Romero, alcalde de Andorra, se mostró “muy satisfecho” de la iniciativa y agradeció a la Asociación de Empresarios haber puesto en marcha la feria el año pasado. “Esto demuestra que somos un pueblo dinámico y que respetamos nuestra historia”, aseguró el edil.
Este año, la Feria Íbera Lakuerter contó con la presencia de Raquel Esteban, directora de las Bodas de Isabel de Segura en Teruel, que cada año atrae a miles de visitantes a la ciudad. Esteban, contratada por la organización, ha sido la encargada de organizar la feria por clanes y de la recreación íbera que se pudo ver en la plaza de toros con un enorme éxito de público. “Es muy interesante lo que ha hecho la gente de Andorra porque el mundo íbero es muy conocido y sofisticado”, explicó la artista.

Además del mercadillo ubicado en la avenida San Jorge de Andorra en el que se podían encontrar hasta 78 puestos con gran variedad de artesanía, artículos y de alimentación, los visitantes tuvieron la oportunidad de participar en diferentes actividades relacionadas con la cultura íbera como visitas a yacimientos arqueológicos, la elaboración de embutidos de cerdo ibérico, tiro con arco, cuentacuentos, desfiles y representaciones de la vida cotidiana de la época a cargo de diferentes grupos de recreación histórica.

Visitas a ‘El Cabo’
En el yacimiento íbero de El Cabo, único en España porque es uno de los pocos que se reconstruyó fidedignamente, el grupo alcañizano ‘Ositanos’ mostraba a los visitantes el modo de vida íbero. El grueso del grupo lo conforman los alumnos de la Escuela Taller de Arqueología y su director, Santiago Martínez apuntó que colaboraban “encantados” con la iniciativa de Andorra: “es la mejor forma de acercarle la cultura íbera a la gente. Es un referente a nivel nacional y estoy seguro que cada año va a ir a más”, apuntó el arqueólogo.

Las actividades con más éxito
Esta segunda edición de la Feria Íbera incorporó una novedad que atrajo a más de 4.000 personas. Cerca de 300 actores desfilaron el sábado por las calles andorranas luciendo un atuendo íbero e interpretando músicas de la época. Después, todos se reunieron en la plaza de Toros para representar ‘La Noche de Astarté’. Un espectáculo que narró como seis clanes de la cultura íbera se unieron para hacer una ofrenda en honor a Astarté, diosa del amor y la fertilidad. En medio del evento, irrumpieron los romanos dispuestos a conquistar el territorio íbero y se desencadenó una espectacular y emocionante batalla. La obra mezcló elementos típicos íberos con otros propios del folklore tradicional aragonés.

Sin componente novedoso, pero también cosechando un gran éxito de público, se celebró el segundo Mercado Íbero. Decenas de puestos de todo tipo se distribuyeron por las calles de Andorra, aunque desde el punto de vista de los comerciantes no de la mejor forma posible. “Han conseguido hacer una feria muy bonita y visual, pero hay carencias que nos afectan a los puestos artesanos”, lamentaba Juan, vendedor de artesanía de todo el mundo en el mercado. “Creo mezclar los puestos de artesanía y los de comida es un error. La gente se siente muy atraída por los de comida y no visita los nuestros, explicó.

Entre las actividades que más expectación despertaron, también destacó la degustación de embutidos elaborados por el grupo de la Tercera Edad. En ella, se repartieron cerca de 230 kilos de chorizo, morcilla y butifarra en apenas dos horas, acompañados de vino y pan.


Fuente-La Comarca.

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