Que arda el fuego en Estercuel

Dicen que fue por una peste, epidemia de la que se libró buena parte de Estercuel gracias a San Antón. Este puede ser el origen de la vertiente religiosa de la fiesta de La Encamisada que se celebra el domingo en honor a los santos Antón, San Fabián y San Sebastián, los mártires a los que se atribuye la protección del pueblo.

A este día se le une una mezcla de religión y fiesta pagana en la noche del sábado con el recorrido de la Santa Encamisada, una procesión que efectúa el itinerario inverso al que se hace el domingo y a cuyo paso se van prendiendo hogueras en muchas de las angostas calles del pueblo. El origen de esta tradición se atribuye a la actividad agrícola y ganadera de Estercuel. Probablemente para evitar la peste en las caballerías se ‘pasaban’ a los animales cerca del fuego con intención de purificarlos. Sólo se conserva una referencia del libro ‘Historia de la aparición de la Virgen del Olivar’, de 1892 que escribió el Padre Bravo, fraile mercedario. Respecto al nombre se puede echar mano al Quijote, donde ya se habla de unos ‘encamisados’. Todo el halo de misterio que rodea a La Fiesta de los Sanantones y La Encamisada de Estercuel es el foco de atracción de cientos de personas cada enero. Fue declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón, título al que deberían añadirle el adjetivo de ‘espectacular’.

En el pueblo aseguran que quien va un año, repite. Este fin de semana no se puede comparar a nada, ni siquiera a Navidad cuando muchos vecinos optan por marcharse. Este fin de semana, al igual que desde hace siglos, Estercuel volverá a acoger a sus vecinos, a los hijos del pueblo que vuelven a la llamada de sus orígenes y a todos aquellos que quieran vivir un fin de semana especial. Estercuel mostrará cómo es la comunión perfecta entre el hombre y el fuego en el frío de enero.

¡Qué se haga el fuego!
Los actos de La Encamisada comenzarán hoy a las ocho con la recogida de aliagas para construir las hogueras, que con los años han pasado de ser dos a quince. Después de un intenso día entorno a los preparativos llegará la noche. Comenzará entonces una fiesta gobernada por los Fiesteros, las catorce personas que se ocupan de su organización. Son siete parejas y a los hombres se les reconocerá porque portarán sombreros y capas e irán a caballo. Las mujeres ocuparán un discreto segundo plano ya que su día grande será el domingo, cuando vestirán sus ropajes tradicionales con la mantilla. La procesión de La Santa Encamisada comienza mañana a las siete de la tarde en el Arco de los Santos Mártires con el rezo de la Salve y al son de la Mazurca que interpretarán los Gaiteros de Estercuel. Se encenderá la primera aliaga y el fuego se trasladará a la plaza de la iglesia para encender la primera hoguera en cuanto llegue la comitiva. Momentos de tensión y de emoción porque ahí comienza todo. La hoguera cada vez es más espectacular y por eso el suelo de la plaza está construido con baldosas de basalto, un material volcánico que resiste el fuego.

Comienza el recorrido de la Santa Encamisada, un itinerario distinto al que llevará la procesión del domingo. Estercuel se sume en una absoluta oscuridad para prender la hoguera de la iglesia, la primera de las quince que se enciende tras la llamada de las campanas y el son de los Gaiteros. Llegan primero los tederos que son los que portan el fuego, les siguen los músicos y las caballerías que montan el Procurador, el Rey, el Conde y los cuatro Mayorales. Los que guían a los caballos desde el suelo son los Fiesteros entrantes. Las autoridades municipales e invitadas cierran la procesión. Serán ellos quienes se encarguen de dar luz al pueblo porque a su paso se irán encendiendo las quince hogueras, cada una de ellas presidida por una cerámica en la que se relata un pasaje de La Encamisada. La brevedad con la que se vive el acto da una idea de la intensidad que se llega a alcanzar en un pueblo en el que todo gira alrededor del fuego. La noche del sábado queda enlazada con la mañana del domingo entorno a las mesas en las que se cena en cada hoguera y el posterior baile. La mañana del domingo se dedica a la limpieza de las calles y a recoger fondos con la Llega, de la que se encargan los Fiesteros. Las mujeres de la organización cobran un papel especial porque ataviadas con el traje de fiesta y las mantillas se ocupan del traslado del pan bendito a la iglesia. Durante la misa baturra, que comienza a la una de la tarde llega el momento de Sacar hacha. Seis parejas de hombres compuestas por los Fiesteros entrantes y voluntarios, portan velones en el pasillo de la iglesia ataviados con roquete, una especie de camisón blanco sin mangas. Se reparte en pan bendito y se procesionan a los Santos Mártires. A las dos de la tarde llega el momento álgido del domingo. Al son del baile del ‘Reinau’, una danza recuperada por los mayores e interpretada por los Gaiteros los Fiesteros salientes entregan sus capas, sombreros y mantillas a los que entran. El pasodoble ‘Estercuel d’España’ pondrá el colofón. Esto es una explicación sobre el papel de algunos actos destacados del programa. Vivirlo depende de cada uno porque cada año es lo mismo pero siempre es diferente en el interior de cada uno.

Fuente - La Comarca


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